El domingo tuve una reunión con mis compañeros de armas, tomamos un te con pastas, hablamos de política, de actualidad, cuidamos del heredero de los McKlow, y en definitiva, no jugamos al rol.
Increible ¿verdad?
Bueno, comentar que fue agradable, y que me alegro de este resurgimiento de las viejas costumbres, a ver si me voy a vivir a esa luna fronteriza llamada Sacónica (¿alguién me deja unos cuantos millones de créditos?), y así las reuniones serán más fáciles de emplazar.
Saludos.
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