Pues por fin llegamos, más o menos a las 15:00 hora local, que viene a ser las 20:00 en el imperio. Pasamos el típico control de inmigración donde un policia más bien soso, nos toma las huellas y unas fotos a la pelotita y a mi. Tras plantarnos el sello en el pasaporte, vamos a por las maletas y en menos de media hora toda la patulea estabamos fuera. Don pinchito nos esperaba, pues el llegaba de Baltimore, y una vez reunidos todos, pedimos un shuttle (primer contacto con el idioma autóctono) para poder ir todos juntitos hasta el hotel.
La furgoneta que nos lleva es enoorme, cabemos los siete y las maletas sin problemas, el conductor es un poco menos soso que el policia de inmigración, pero el copiloto (un chaval de unos 17 años) no se como sería porque iba dormido medio viaje...
Nos aproximamos a manhattan, viendo el skyline desde la autopista, llegamos al Lincoln Tunnel, (que no se si es el de la peli de Stallone, pero se parece) y por fin salimos a la algarabía de edificios y coches clásicos de las películas. Mis bastos conocimientos, y el sencillo sistema de calles de la ciudad, me ubican rapidamente y sigo el trayecto con atención. Finalmente llegamos sin más contratiempos al hotel donde descargamos las maletas y pagamos al tipo unos 150$ aprox. mientras un simpático señor con gorra nos ayudaba a meter las maletas en un carro de esos dorados que usan los hoteles.
La habitación más que correcta, dos camas enormes y comodas, una para mi pelotita y yo, y otra para la pechuguitas y su partenaire. El baño es grande y limpio, y las vistas espectaculares, el Empire State Building se alza ante nuestra ventana en todo su esplendor (estaba iluminado...). Nuestros otros compañeros de viaje no tuvieron tanta suerte, pues su habitación daba a un oscuro patio interior. Tras deshacer un poco las maletas, bajamos para tener nuestra primera toma de contacto con la ciudad.
Salimos por la puerta dirección norte, por la calle Broadway, el ambiente bastante movidito, muchisimos top manta por la calle vendiendo toda clase de mercancias, zapatos, bolsos, abrigos, peliculas, música, los negros (o afroamericanos) eran bastante horteras, muchos vestían unas cazadoras con estampados de billetes de 100$ en dorado y negro, espantoso...
Dejamos atrás a los manteros y llegamos a una plaza, o cruce de calles, llamada Herald Square, donde entre otras tiendas más o menos conocidas, se encontraba el Macy's, que demostraría con el tiempo ser uno de nuestros mayores aliados. Y así acabamos llegando a Times Square, apabullante, la sensación similar a mi anterior viaje, la boca muy abierta ante el despliegue de luz, imágenes, sonidos y gentes que se apelotonan en las retinas, y oidos abriendose paso hasta tu cortex. Agotados como estábamos decidimos sentarnos a comer en algún sitio, vimos uno llamado Sbarro, con pizzas, y otras delicias, que tenía sitio para sentarse y allí que nos plantamos. Las raciones eran de un tamaño considerable, acorde con los tamaños estandar de la peña por allí. Despues de reponer fuerzas, retomamos nuestra caminata y seguimos subiendo hacia el norte, pasamos por la catedral de San Patricio, por el Rockefeller Center y su pista de patinaje, y así hasta llegar a Central Park en la 5ª Avenida. Reventados decidimos que era hora de volver, y como en una película de terror, nos dimos cuenta demasiado tarde de todo lo que nos habíamos alejado.
Así hechos polvo, cansados con los pies doloridos y con un sueño que te cagas (para nosotros eran más de las 2 de la madrugada) desandamos todo lo andado hasta que, tras multiples quejidos lastimeros, llegamos al hotel y caimos incoscientes sobre las mulliditas camas de nuestra habitación, hasta el día siguiente...
La furgoneta que nos lleva es enoorme, cabemos los siete y las maletas sin problemas, el conductor es un poco menos soso que el policia de inmigración, pero el copiloto (un chaval de unos 17 años) no se como sería porque iba dormido medio viaje...
Nos aproximamos a manhattan, viendo el skyline desde la autopista, llegamos al Lincoln Tunnel, (que no se si es el de la peli de Stallone, pero se parece) y por fin salimos a la algarabía de edificios y coches clásicos de las películas. Mis bastos conocimientos, y el sencillo sistema de calles de la ciudad, me ubican rapidamente y sigo el trayecto con atención. Finalmente llegamos sin más contratiempos al hotel donde descargamos las maletas y pagamos al tipo unos 150$ aprox. mientras un simpático señor con gorra nos ayudaba a meter las maletas en un carro de esos dorados que usan los hoteles.
La habitación más que correcta, dos camas enormes y comodas, una para mi pelotita y yo, y otra para la pechuguitas y su partenaire. El baño es grande y limpio, y las vistas espectaculares, el Empire State Building se alza ante nuestra ventana en todo su esplendor (estaba iluminado...). Nuestros otros compañeros de viaje no tuvieron tanta suerte, pues su habitación daba a un oscuro patio interior. Tras deshacer un poco las maletas, bajamos para tener nuestra primera toma de contacto con la ciudad.
Salimos por la puerta dirección norte, por la calle Broadway, el ambiente bastante movidito, muchisimos top manta por la calle vendiendo toda clase de mercancias, zapatos, bolsos, abrigos, peliculas, música, los negros (o afroamericanos) eran bastante horteras, muchos vestían unas cazadoras con estampados de billetes de 100$ en dorado y negro, espantoso...
Dejamos atrás a los manteros y llegamos a una plaza, o cruce de calles, llamada Herald Square, donde entre otras tiendas más o menos conocidas, se encontraba el Macy's, que demostraría con el tiempo ser uno de nuestros mayores aliados. Y así acabamos llegando a Times Square, apabullante, la sensación similar a mi anterior viaje, la boca muy abierta ante el despliegue de luz, imágenes, sonidos y gentes que se apelotonan en las retinas, y oidos abriendose paso hasta tu cortex. Agotados como estábamos decidimos sentarnos a comer en algún sitio, vimos uno llamado Sbarro, con pizzas, y otras delicias, que tenía sitio para sentarse y allí que nos plantamos. Las raciones eran de un tamaño considerable, acorde con los tamaños estandar de la peña por allí. Despues de reponer fuerzas, retomamos nuestra caminata y seguimos subiendo hacia el norte, pasamos por la catedral de San Patricio, por el Rockefeller Center y su pista de patinaje, y así hasta llegar a Central Park en la 5ª Avenida. Reventados decidimos que era hora de volver, y como en una película de terror, nos dimos cuenta demasiado tarde de todo lo que nos habíamos alejado.
Así hechos polvo, cansados con los pies doloridos y con un sueño que te cagas (para nosotros eran más de las 2 de la madrugada) desandamos todo lo andado hasta que, tras multiples quejidos lastimeros, llegamos al hotel y caimos incoscientes sobre las mulliditas camas de nuestra habitación, hasta el día siguiente...
Qué bien, N.Y. en invieno!.
ResponderEliminar¿En qué hotel os alojastéis?... Seguro que no tenía el encanto sórdido de aquel en el que estuvimos :)...
¿Patinastéis sobre hielo?.
¿Qué hay en el hueco donde una vez estuvieron las Torres Gemelas?, por lo menos te ahorras lo que costaba subir a ellas... :(
Cuenta, cuenta.
Por cierto, hablando de películas de terror, para leer...una historia de zombies... la mejor que he leido:
http://capitansogul.blogspot.com/2007/01/apocalipsis-zombie.html
El hotel está algo mejor, para empezar tiene baño, je, je.
ResponderEliminar