martes, 3 de abril de 2007

Infiltrándome

Queridos amigos, a modo de conejillo de indias, he decidido experimentar en mi persona una nueva tranformación. Desde el domingo pasado he ingresado en un nuevo y selecto club, un club que me permitirá relacionarme con otro estrato social. Podemos decir que he ascendido en la compleja piramide que compone nuestra sociedad.

Ahora soy un gafapasta

Debo decir que desde el día que completé mi transformación, he sentido unas ganas irrefrenables de acudir periodico en mano a hacer alguna de las numerosas colas que pueblan nuestra ciudad para asistir a una exposición de arte o a ver la última película del realizador austrohungaro con ascendencia turco-australiana, si hombre, esa que narra la vida de un niño nazi, que en su adolescencia descubre la homosexualidad de manos de su asno, amigo de toda la vida de su nieto, buenísima según dicen.

Espero que mi nuevo disfraz oculte mi verdadera faz, del mismo modo que el avieso Clark Kent, oculta la suya. Así como espero también que el mismo no acabe poseyéndome, como hizo el traje simbionte de Spiderman.

Ahora podré dilucidar de entre las tinieblas de la ignorancia, si un gafapasta se hace o se nace.

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